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El humanismo como bandera


¡¡ Hola !! Mi nombre es Sofía Pallarés y soy residente de primer año de la Zona Sevilla Sur. Durante la pandemia trabajé en una ONG mano a mano con Elisa Corujo, geriatra en el Hospital Insular de Lanzarote.

Elisa es una persona rica, por su excelente ojo clínico pero sobre todo, por su humanidad.


Elisa me recordó la tremenda responsabilidad que las personas depositan en nosotr@s. Cuando vamos al

médic@, llenos de incertidumbres y miedos, depositamos en ell@s nuestro mayor tesoro: nuestra salud o

la de algún familiar. Por ello, deberíamos tratarl@s con la amabilidad y calidez humana que su confianza

merece. Elisa también me recordó el poder de las palabras, no para curar, sino para evitar el sufrimiento

que hay alrededor de una visita médica. El sufrimiento es tan ínPmo como respetable, la gran virtud del

ejercicio médico debería estar en no juzgar a las personas, para en su esfera integral, poder ayudarlos.


¿Por qué decidiste estudiar la carrera de Medicina?

La vida nos permite, desde que nacemos, desarrollar nuestra personalidad y con ello nuestra sensibilidad y

afinidades. Con la perspectiva que dan los años, reconozco que desde que tengo capacidad de

razonamiento, siempre me he sentido atraída por los cuidados, por la observación y por el comportamiento

de la salud. De ahí viene mi sentir hacia la medicina. Me ha permitido ahondar más en el cuidado en el

proceso de enfermedad con herramientas que permiten lograr mejorar la salud y el confort.


¿Te arrepientes?

El arrepentimiento por el trabajo que llevo a cabo nunca ha ocupado lugar en mi cabeza. He podido

sentirme decepcionada con la gestión sanitaria en muchos momentos. Por su politización, por su visión

miope de la realidad asistencial y de las necesidades de la población.


¿Por qué crees que es tan importante la humanización de esta disciplina?

El ser humano se caracteriza por el humanismo. Esto se ha perdido en la medida que todo se ha

materializado. Se da más importancia a un estudio técnico o a un fármaco, que al propio sentir de la

condición humana en todos sus ámbitos. Detrás de una técnica o de un fármaco existe una persona que

biológicamente cambia con el devenir del tiempo, como así su sentir.

El humanismo nos permite acercarnos al ser humano en toda su integridad en cada momento de nuestra

actuación profesional. Sin el conocimiento de su integridad -valores de vida, aspectos funcionales,

cognitivos, culturales y sociales- no podemos llevar a cabo un diagnós6co o un tratamiento que sea

efectivo. La persona está por encima de todo tipo de actuación externa. Nuestra vida nos pertenece. Somos

autónomos para decidir sobre nuestra salud y actos. La imposición, hace que no se sienta al ser humano, y

que este sea utilizado como un medio para conseguir un fin. El humanismo conlleva libertad e

individualidad. Es una tarea que debemos de tener implícita en nuestro desarrollo vital, pero no es así en

este tiempo de vida en el que los aspectos materiales eclipsan la condición humana.


Cuando quieres dar una mala noticia, ¿cómo lo sueles hacer? ¿Algún consejo para los profesionales en

formación?

Dar una mala noticia no es fácil. Conlleva un análisis de nuestro sentir, de nuestros valores para salir de uno

mismo y conseguir la empatía con la persona que sufre la precariedad. Acercarnos a la misma debe de

conllevar mucha prudencia, captar su senti, que puede estar caracterizado por ansiedad, preocupación,

rechazo, inhibición o negación. Debemos de poner el análisis en estos aspectos con el fin de respetar a la

persona en su autonomía.

Presentarnos, analizar el momento que está viviendo la persona y su historia de enfermedad, valorar si

quiere tener compañía en el momento de la conversación, preguntar su deseo de conocimiento, en todos

los aspectos y hasta dónde; respetar su cultura y no prejuzgar, atender al silencio, a la expresión pues

conlleva atender a la comunicación no verbal, la cual nos permite ahondar más en el senPmiento. Mirar a

los ojos, acercarnos básicamente, disponer de tiempo, y ponernos a su disposición en cualquier otro

momento, ayuda asimilar la realidad y sentirse protegido ante la adversidad. Abrigar la esperanza, y darla a

conocer, siempre, en la vida, si no es con un tratamiento que controle la enfermedad, si van a ser nuestros

cuidados que van a procurar un confort, siempre.


¿Algún consejo para los futuros especialistas?

El consejo viene dado desde la experiencia de vida profesional. Experiencia que nos ha permitido tratar

situaciones de enfermedad en las personas que hemos atendido, de ellas se derivan sus logros o bien su

adversidad. Son experiencias profesionales que pueden servir para continuar creciendo con la resiliencia de

lo vivido.

La prudencia en la valoración, en la comunicación, en la escucha, en el uso de estudios y pautas de

tratamiento, y en la empatía, son los aspectos que más recomiendo. Dejemos de tener el foco en nosotras

mismas y pongámoslo en la persona que tratamos, si no es así nuestro fracaso y aislamiento es mayor.

Siempre, tengamos en cuenta la conciliación en todos los aspectos con el paciente y cuidadores.


Gracias Elisa.



‘’Conozca todas las teorías. Domine todas las técnicas, pero al tocar un alma humana sea apenas otra alma

humana.“ Carl Gustav Jung.

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