Buscando el contacto con las personas

¡Buenas!

Soy Celia Hernández Romera, residente de primer año en el centro de salud Las Portadas de Dos Hermanas. Este año os traigo como entrevistado a Alfredo J. Poley Guerra, enfermero y psicólogo ceutí residente en Dos Hermanas desde hace años con su familia, con una calidad humana que se aprecia desde el primer momento en el que se le conoce. Apasionado de los deportes como el tenis y el pádel y de la música, a la que le dedica tiempo también tocando el piano. Terminó la diplomatura de enfermería en Ceuta, más tarde, se licenció en psicología por la UNED. Desde hace 3 años trabaja en atención primaria, habiéndose dedicado anteriormente a la atención extrahospitalaria.

C- ¿Qué te hizo decidirte a ser enfermero y, en particular, enfermero de atención primaria? ¿Y luego a estudiar psicología?

A- Sobre todo porque es una profesión cuyo ejercicio es muy dinámico, muy poco monótono, con mucha variabilidad y diversidad. Y luego también el contacto con la gente, que creo que se me da bien, y la relación de ayuda, porque que tu trabajo consiste en líneas básicas en ayudar a la gente, es algo que me resulta muy reconfortante. Y respecto a la psicología pues más o menos lo mismo. También me había llamado mucho la atención siempre que con el poder de la palabra pudieras ayudar a una persona y y creo que por eso me decidí a estudiar psicología. La verdad que no me arrepiento, me gustó mucho tanto la formación como luego el ejercicio de de la misma.

C- ¿Qué fallos has evidenciado en tu formación?

A- En mi época no existía mucha especialización en la enfermería, solamente había tres especialidades: enfermería laboral, matrona y y salud mental; lo que chocaba con lo diversa que es la enfermería y ocasionaba que con tu formación básica tuvieras que enfrentarte a la posibilidad de trabajar en en sitios muy diversos, desde una UCI de neonatos a un centro de transfusiones o un centro de salud. Quizá ese fue mi defecto la formación, que no se abarcara todo porque era era muy complicado abarcar, y además en mi época eran solamente tres años. Afortunadamente, ese problema está en vista de solucionarse, si no está ya casi solucionado con lo que se está trabajando en la especialización que ya de hecho hay muchas especialidades en marcha y otras que están por venir.

C- ¿Cómo combinas en tu trabajo como enfermero de atención primaria tus conocimientos como psicólogo?

A- Yo creo que hoy en día un porcentaje muy elevado del trabajo de, no solamente enfermeros, sino de cualquier profesional de la salud que trabaje a diario con personas, consiste en aplicar la psicología y, de hecho, usamos a diario técnicas psicológicas en el trato con nuestros pacientes en todo, ya estemos hablando de prevención, como de educación para la salud, tratamiento para la enfermedad, en todos los ámbitos en los que trabajamos estamos constantemente utilizando técnicas psicológicas.

Quizás yo en mi día a día donde más lo aplico es, sobre todo, aparte de como he dicho antes, en cualquier momento de contacto con el paciente, en dos apartados que es el tema de la consulta antitabaco y de los GRAFAs (grupos de afrontamiento de la ansiedad), donde quizás empleo más técnicas de terapia sobre todo cognitivo-conductual, que son las que yo más más trabajo, y ahí sí me centro y uso mucho técnicas de índole psicológica en el tratamiento de estos pacientes.

C- ¿Qué parte de tu día a día laboral te motiva más?

A- Quizás es la que representa contacto con los pacientes, en la que se entabla relación y te das cuenta que tu trabajo vale para que el paciente adquiera un poco de mejor calidad de vida. En todos los sentidos ese es el elemento más motivador para mí con respecto a mi profesión.

C- ¿Cómo afrontas los aspectos que menos te agradan de tu profesión?

A- Entendiéndolos como parte del proceso y como elementos necesarios en la cadena de todas las actividades que tenemos que hacer en el día a día para desarrollar nuestro trabajo. Es verdad que hay que entender que todo no nos puede ser agradable, que hay ciertos ciertos aspectos de nuestro día a día que no son tan satisfactorios como otros. Pero bueno, no por ellos deben ser menos necesarios.

C- ¿Cuáles crees que son las mayores limitaciones de un profesional de atención primaria en el día a día?

A- No tengo ninguna duda, es la falta de tiempo. Siempre hacer las cosas pensando en la próxima actividad porque el tiempo del que dispones es siempre limitado, sobre todo cuando trabajas con personas que requieren dedicarles más atención de calidad y que implique sentarte con ella y averiguar exactamente cuáles son sus necesidad. Tener falta de tiempo obviamente limita mucho que nuestro trabajo en ese sentido tenga la calidad que necesita.

C-. Si comenzases de nuevo a escoger carrera profesional, especialidad, etc., ¿tomarías las mismas decisiones a día de hoy?

A- Si volviera a escoger otra vez carrera profesional, yo creo que haría lo mismo probablemente. Sí es verdad que quizás habría dado el paso a atención primaria antes porque creo que mi perfil se adapta mejor a la atención primaria que a otros ámbitos pero por lo demás yo estoy contento con mi profesión.

C- ¿Qué crees que podríamos hacer médicos y enfermeros conjuntamente para mejorar la atención primaria?

A- Creo que trabajar un poquito más en coordinación, que lo hacemos habitualmente por supuesto, no nos queda más remedio porque los pacientes así te lo exigen muchas veces. Pero sí es verdad que echo de menos que hubiera un espacio específico, no sacado de entre consultas corriendo, te llamo, te digo, te abro la puerta y te explico. Sino una agenda en proceso en la que médicos y enfermeros del mismo cupo nos sentáramos y semanalmente o periódicamente  repasáramos un poquito eso se hace pero no de una manera reglada y organizada, sino puntualmente cuando hay una situación muy específica que requiere que haya comunicación y creo que sería bueno que se implantara en la agenda periódicamente.