Manuel J. Rangel, mi compañero
Nombro orgullosa a Manuel como mi compañero porque es como lo llamo cada vez que le realizo alguna consulta, a la que siempre me responde amablemente.
Manuel llegó a nuestra área de salud en Junio de 2017 como dispositivo de apoyo. Él estudió su licenciatura en la ciudad de Sevilla, donde posteriormente realizó también su residencia en el Centro de salud de San Luis, perteneciente al Hospital Universitario Virgen del Rocío. Desde entonces suele desempeñar su trabajo por la mañana en el DCCU, además de realizar sus respectivas guardias. Es en la ambulancia donde más horas hemos compartido, con Manuel he aprendido a valorar a un paciente, ver las necesidades para el traslado, a usar el monitor, a manejar la cpap y la tablet (que también es importante). Juntos hemos repasado los protocolos de urgencias, incluso hemos hecho autocrítica de algún caso que lo requería. Una de las cosas que más valoro de Manuel es que después de salir de un domicilio o de realizar un traslado me pregunte: “y tú ¿qué habrías hecho?” Sin duda, he aprendido mucho a su lado y no tengo duda de que aún tiene mucho que enseñarme.
Por otro lado, tenemos que hablar también de sus aficiones, algunas compartidas por ambos. Él es amante del tenis, la música y poeta en sus ratos libres. De manera asidua escribe en sus redes sociales reflexiones de diversos temas. En varias varias ocasiones le he preguntado si él era el autor de ellas, pues no se le da nada mal escribir.
Tendría muchas cosas más que contar de él porque desde que lo conozco no solo hemos compartido momentos en el trabajo, sino que se ha convertido en uno más de nuestro grupo de residentes. A fin de cuentas es “R5” como muchas veces dice.
Así que desde aquí, compañero, gracias por lo enseñado y espero que sigas disfrutando de tu trabajo tanto como hasta ahora, porque así nos trasmitirás al resto las mismas ganas.
Os dejo unas de sus últimas reflexiones porque creo que no hay mejor final para este artículo.