Mis tutores
Como un rayo pasó el momento del examen MIR junto a mi. Todos los nervios e inseguridades se desvanecieron cuando descubrí lo poco que importaba realmente una neta más que menos.
El azar y todas las decisiones que había tomado años atrás me situaron en un pequeño pueblo de la provincia de Sevilla que nunca antes había visitado.
Y allí estaban todos, un equipo de salud formado por gente que se ha dedicado a la salud durante años y que seguían con la inquietud de aprender y querer mejorar día tras día.
Entiendo que hacer una entrevista a tu tutora pueda servir para establecer nexos de unión entre residente y tutor, pero en mi caso esta propuesta llegó tarde, ya que mi tutora y yo congeniamos desde el principio y lo que me pudiera decir en una entrevista seguro que me lo había dicho ya entre consulta y consulta, o durante un desayuno, o durante un viaje...
En lugar de entrevistar a mi tutora quiero aprovechar estas líneas para nombrar a quienes considero parte de mi suerte en esta nueva etapa:
- María Nieves Campaña, mi tutora, quien me ha mostrado en poco tiempo lo versátil que es un médico de familia y ha sumado sus ganas con las mías para empujarme a ser mejor profesional. - José Florián, quien con sentido del humor cada día me enseña algo. - Isabel Calles que sin ser tutora, me acogía en su consulta para comentarme las curiosidades de la mañana. - Enrique Carretero, de quien siempre he tenido apoyo y lo he sentido como mi propio tutor cuando mi tutora no estaba. - Vanesa Sánchez que me ha guiado en mis primeros pasos para tratar a aquellos que dan sus primeros pasos. - Remedios Fernández, una de las enfermeras más impresionantes que he conocido. No solo me ha enseñado a realizar extracciones sino a hacerlo con estilo. - Maria José, Isabel, Marta, Lola, Pilar también son las culpables de que en el centro de salud lo mismo se me viera pasando consulta, que haciendo extracciones o limpiando material en el autoclave. - María, quien con su labor dejaba el centro cada día como si un alcalde lo inaugurara cada mañana. - Carmen y Loli, quienes aún trabajando en el mostrador, conocen los entresijos del sistema mejor que nosotros desde la consulta y nos ayudan día a día. - Mis compañeros residentes, quienes me aportan conocimiento y momentos únicos en lo personal. Unas palabras no hacen justicia a la gratitud que por ellos siento. Me decían que el que yo estuviera allí, también los estimulaba a aprender o a recordar conocimientos olvidados, pero por si acaso no era suficiente, me encargué de la gestión del desayuno durante dos meses.
Pero no todo podía ser bueno...pasados 6 meses desde que comencé mi residencia, mi tutora se desplazó a otro centro de salud ya que por cercanía a su familia era una notable mejora en su vida (me gusta pensar que no lo hizo por evitar al residente que le había tocado). Me tenían que asignar un nuevo tutor…
- Horror! pensé
Una vez más el pesimista que hacía simulacros de exámenes MIR me quiso invadir y decirme eso de que lo bueno dura poco, pero no pudo hacerlo.
Primero porque en el compás de espera del nuevo tutor, Nieves y Enrique me ayudaron y no me dejaron solo en ningún momento.
Y segundo porque...
Mi nueva tutora sería Isabel Sánchez! Hermana de la que me había guiado en mis primeros pasos para tratar a aquellos que dan sus primeros pasos. Isabel, una persona con la que sin ser mi tutora, ya había hecho cirugía menor, habíamos comido juntos, habíamos corrido en los karts... Una profesional que llevaba años deseando ser tutora y que de pronto se ha visto con dos residentes.
Y así continúa la historia de mi residencia, no dejo de aprender cada día de quienes me rodean y eso me hace feliz y me recuerda eso de... ¡Que poco importa una neta más que menos!